Sobreseyeron a "La Justiciera de Villa Madero"

La ciudadana paraguaya detenida por matar a un delincuente que la había asaltado en su casa fue liberada esta mañana, tras un pedido de la defensa Se trata de Bernarda Garay Ocampo, conocida como "La Justiciera de Villa Madero", quien fue sobreseída esta mañana por el juez en lo Correccional N° 2 de La Matanza Horacio Giusso, en la causa que se le seguía por matar a un sujeto que poco antes la había asaltado en su casa.

Fuentes judiciales informaron a la agencia Noticias Argentinas que el magistrado firmó el sobreseimiento minutos antes de las 11 de hoy, al hacer lugar al pedido de la defensa y de la fiscalía.

De esta manera, Garay Ocampo quedó "libre de culpa y cargo", según palabras de su abogado, Hugo López Carribero, y evitó ser sometida a un juicio que iba a iniciarse el 30 de marzo.

Igualmente, Alberto Fornaro, abogado de la familia del hombre fallecido, podría apelar la reciente decisión judicial.

No obstante, López Carribero consideró en que el sobreseimiento "está muy bien fundado", por lo que -según sostuvo- "no hay posibilidad de que sea revocado".

Días atrás, el abogado de la familia de Cabral había pedido que la mujer fuera a juicio oral y público, al oponerse al sobreseimiento pedido por la defensa y la fiscalía.

Fornaro se refirió a las pericias médicas practicadas hace poco a Garay Ocampo y aseguró que "la afirmación de que alguien es o no imputable debe resultar del contexto de toda la prueba y no sólo porque así lo nieguen o afirmen los médicos".

En caso de haber sido sometida a jucio, la mujer podría haber sido condenada por el delito de "homicidio simple" -tal cual figuraba en el requerimiento de elevación a juicio-, que contempla una pena máxima de 25 años de cárcel.

El hecho ocurrió el 10 de octubre de 2007, cuando la mujer fue sorprendida en el living de su casa por dos personas que habían ingresado con el fin de robarle.

Garay Ocampo fue atada, y las dos personas juntaron varios objetos de valor, tras lo cual se dieron a la fuga con ellos.

Sin embargo, mientras reunían el botín, uno de los asaltantes dejó olvidado un revólver sobre la cama de la habitación de Garay Ocampo.

La mujer logró zafarse de sus ataduras, tomó el revólver que había sido olvidado por los ladrones dentro de la vivienda, y se lanzó a la calle a perseguirlos.

Cuando los encontró, uno de los delincuentes se dio vuelta y, según la mujer, en ese momento ella pensó que el sujeto tenía un revólver entre sus ropas y se asustó, por lo que le efectuó un certero disparo en el pecho, provocándole la muerte en forma inmediata.